Translate

LOS BORRACHOS

 

     
LOS BORRACHOS
     

Había un guía Indio, como un supervisor entre los Indios. El estaba viajando por el territorio Navajo y se perdió. Se llamaba Coy. Y estaba bajando por un sendero, un sendero angosto de animales, y pensó: "Si me voy por este sendero, seguramente hallaré agua". Y su caballo tenía tanta sed que tenía la lengua afuera, seca, las narices las tenía rojas y cubiertas de arena. El se había cubierto la cara con el pañuelo cuando pasó por la tormenta de arena y estaba todo tieso, y él estaba pereciendo por falta de agua.

     Y él estaba guiando a su caballo cuando atravesó el sendero. Y dijo, cuando encontró el sendero, se subió al caballo y dijo: "Seguramente me conducirá al agua". Y se montó al caballo y siguió el sendero. Y el caballo también sabía que estaba camino al agua. ¡Cómo es que Dios les da instinto a las bestias mudas! Y por el sendero se fue. Por fin, había unos que se salían hacia los lados, unos pocos, apartándose del sendero principal. El caballo deseaba seguirlas, mas Coy pensaba distinto. El trató de mantenerlo en el sendero bien marcado, y comenzó a bajar y el caballo no quería ir. Le dio con las espuelas, y se le opuso y comenzó a seguir el otro camino. Y comenzó a levantarse.

     Estaba demasiado débil para tirarlo. Entonces él comenzó a darle de nuevo con las espuelas, hasta que hirió al caballo, en la desesperación de llegar al agua para salvar su vida, hasta que el caballo se detuvo, temblando, sangrando. Y él miró y lo vio temblando y casi por caerse al suelo. El lo miró y vio la sangre en su costado. El era Cristiano.

     Y le dijo al caballo, dijo: "Yo he escuchado muchas veces que los silvestres, que las bestias tienen un instinto. No pareciera que esos caminitos que se desvían hacia allá, fueran hacia el agua. Me parece que este sendero más amplio sería por donde van muy seguido al agua". Pero dijo: "Si tú me has llevado fielmente hasta aquí, yo seguiré tu instinto".

     ¡Oh, cómo pienso así de Cristo! La vía a la destrucción está marcada y señalada por todo el camino, pero hay un camino angosto que conduce a la Vida. Son pocos los que lo hallarán. Y no solo por instinto, pero el Espíritu Santo lo guiará a Ud. a un lado, hacia el agua de Vida. Yo creo que me ha traído fiel hasta aquí, lo seguiré hasta el fin.

P ara concluir el relato, él no había ido ni media milla, cuando de repente, el caballo fiel se metió a un gran charco de agua. El caballo sabía de qué estaba hablando, lo que quería decirle al jinete, en su forma de expresarse. Se metió ahí. Dice que echó agua a la nariz del caballo. Se bañó y comenzó a gritar y gritar lo más fuerte que podía, y estaba bebiendo agua, y gritando: "¡Nos hemos salvado! Nos hemos salvado! ¡Nos ¡Hemos salvado!" Y el caballo bebiendo y temblando. Y él se fijó en sus costados sangrientos, todos hinchados por las marcas de las espuelas.

     Y en eso, dijo...escuchó a alguien decir: "Sálganse del agua". Y miró, y ahí estaba parado un vaquero desfigurado. Y se salió del agua. Dice que olfateó humo, y miró hacia allá, y había un grupo de hombres acampados allí. Habían estado en un viaje de exploración. Habían encontrado algo de oro, y en el camino de regreso tenían sus caballos y las mulas de carga, y habían llegado a este charco de agua y estaban descansando, y todos se habían emborrachado. Y dice que tenían venado que estaban cocinando, y él comió con ellos.

     Y dice, uno de ellos dijo: "Tómate un trago". El les dijo quien era, que era Jack Coy, el guía Indio. Así que éste le dijo: "Pues, tómate un trago".
El dijo: "No", dijo, "yo no tomo". Y eso es como un insulto a esa gente. Entonces dijo: "¡Con nosotros sí vas a tomar!"

     El dijo: "No, yo no tomo". Entonces le puso la botella, y dijo: "¡Tómate un trago!" Borrachos todos ellos, Uds. saben, como unos seis.
Y él dijo: "Muchachos, muchas gracias". Dijeron: "Si nuestro venado es suficiente bueno para comer, entonces nuestro whisky es suficiente bueno para tomar".

Y Uds. saben como son los borrachos. Y él les dijo: "No", dijo él. Y entonces colocaron un cartucho en el rifle, y dijeron: "¡Ahora tomas o ya sabes!" El dijo: "No. No, yo no tomaré ".

     Y éste comenzó a apuntar con el rifle. El dijo: "Un momento". Dijo: "Yo no temo morir". El dijo: "Yo no temo morir". Dijo: "Pero yo quiero contarles mi historia antes de morir, la razón por la cual yo no tomo". Dijo: "Yo soy de Kentucky". Dijo: "Y en una pequeña cabaña una cierta madrugada, una madre se estaba muriendo, ella me llamó al lado de su cama y me dijo: `Jack, tu padre murió con la baraja en la mano, borracho y tirado en la mesa'. Y dijo: `Jack, sea lo sea que hagas, nunca vayas a tomar"'. Y dijo: "Puse mi mano en la frente de mi madre y le prometí a Dios, siendo un niño de diez años de edad, que yo nunca tomaría el primer trago". El dijo: "Nunca lo he tomado". Y dijo: "Ahora, si me deseas disparar, dispara".

     Y mientras el borracho levantó el rifle y le puso nuevamente la botella, dijo: "¡Toma o te disparo!" Y en ese momento hubo un disparo y la botella se reventó. Parado a un lado del cañón estaba un pequeño vaquero, desfigurado, con lágrimas por las mejillas. Dijo: "Jack, yo también soy de Kentucky. Yo le hice una promesa a una madre un día, pero yo rompí mi promesa". Dijo: "Yo estaba esperando hasta que estos se emborracharan y los iba a matar a todos y robarles el oro". El dijo: "Pero yo he sido un borracho y he hecho mal. Pero", dijo, "estoy seguro que cuando se oyó el eco de mi rifle en los cañones del Cielo, mi madre me oyó firmar un juramento de que nunca más lo haré". Y allí, por la gracia de Dios, él pudo guiar a toda esa gente a Cristo, a todos los que estaban ahí.

     ¿Ven?, hay algo en cuanto al agua, algo refrescante. Mi punto clave es, que cuando uno tiene sed, vaya al agua. Hay algo que le hace a uno, el llegar al agua cuando está sediento. Ahora, El dijo: "Mi paz os dejo con vosotros. Mi paz os doy". No como el mundo les da paz, sino como El les da paz. Su paz satisface nuestra sed. Si nosotros estamos ansiando paz, entonces refresquémonos en Su paz, al saber que tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.

     No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. 1Co 6:9-10

Sustraído del mensaje Comunión párrafos 77-93 Pág.16-18
WILLIAM MARRION BRANHAM