Testimonio: Omitiremos nombres y lugares, porque no es nuestro trabajo estar difamando a nadie, es solo levantar a Cristo más alto y la novia vendrá a ese lugar. Mientras, se visitaba en evangelismos, una zona rural, del nuestro municipio, se logró contactar con una familia, en las cuales el mensaje fue recibido y siendo bautizado, la cabeza de la casa, decidimos proveerles material de literatura y el video del profeta (Un Abismo clamando a otro abismo). No, tardo mucho; cuando el diablo comenzó su trabajo de difamación. Y el pastor denominacional, nos mandó a amenazar, sin conocernos, que el era el dueño de la zona y que nosotros éramos unos diablos por creer en un profeta y hablar solo de un bautismo bíblico, llamándonos solo Jesús, comenzó a preparar a su gente para que nos resistieran y preparó enseñanzas en contra del mensaje, envió de espía; a uno, su mano derecha a los hermanos que estaban escuchando el mensaje, hablando mal del profeta, de la doctrina y de nosotros. Instruido, se acercó a la hermana, cuando nuestro hermano no se encontraba, para así poderle introducir el veneno que con muchos tuvo efecto, sin percatarse de que la hermana estaba viendo en ese momento el video del profeta, “Un Abismo Llamando a Otro Abismo”, llegó silenciosamente preguntando y eso que es; la hermana le responde una predicación, se sentó a observarla y mientras la veía no se pudo contener; diciendo, oh que unción tan tremenda, que humildad que hombre tan lleno del Espíritu Santo, ese si es un siervo de Dios, dime de donde es ese predicador ¿Quien es?. La hermana poniéndose de pies le responde: Ese es el hombre al que tu has estado difamando tanto, el profeta William M. Branham, solo por que tu pastor te lo dijo; sin conocerlo: Solo quedó diciendo no, no puede ser, el no es, no, no me digas eso.,,Nooo… No uses un manto de segunda mano, ni repitas lo que lo demás dicen, De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio. (Jn 3:11) ¿Juzga acaso nuestra ley a un hombre si primero no le oye, y sabe lo que ha hecho? (Jn 7:51-52) |